La verdad ya no recuerdo exactamente por qué cerré mi antiguo blog temperamental-adolescente (probablemente por eso mismo), pero topándome con otro blog que solía leer frecuentemente, fue que recordé lo mucho que me sirve escribir. Y no, no es para ser leída, ni para hacer una colección de ciberamiguitos con quien sentirme intelectualoide e interesante. La razón es mucho más simple: no olvidar.
Hace no mucho tiempo fui víctima del descuido ajeno, una de esas veces que confías tus cosas en manos de alguien más, porque implícitamente esa persona ya es responsable de una parte de tí (sí, mi marido es el culpable de todos mis males, eso dicen las letras chiquitas en los contratos matrimoniales). Creo que a todos nos pasa, cuando la compu falla es como cuando se te pierde la cartera, no te importa el dinero sólo lo que tienes de valor sentimental (y una que otra tarjeta o credencial que es una hueva tramitar), así con la compu te vale madre si no tuvo arreglo, con que recuperes tus archivos. Total pa no hacer el cuento largo, le dí total libertad sobre el manejo de todos mis archivos, fotos, música, libros, etc etc, y en una de esas que decidió hacer re-acomodo de archivos: ¡pum! ya no tienes nada chava, olvídate de todo, las fotos irreemplazables de viajes, amigos, experiencias, todos mis recuerdos. La verdad me pegó mucho, y a la fecha aun no lo supero, sobre todo al haber cambiado de ciudad y haber tenido que dejar toda mi vida atrás, era muy reconfortante recordar. Como dicen las abuelitas "recordar es volver a vivir".
Pues regreso, sin importar lo temperamentales que estas cosas puedan llegar a ser, los recuerdos son parte importante de la vida, y sobre todo porque me considero una persona con pésima memoria selectiva, la mayor parte de las cosas que recuerdo son totalmente inútiles, mientras que otros eventos importantes se van como si nunca hubieran pasado. Así que espero construir un nuevo "banco" de memorias y uno que otro chisme para animar el espíritu. Saludos!
